“Porque sé armar equipo y conducirlo,
quiero estar junto a ustedes con decisión, honestidad y transparencia”.
Osvaldo Quique Muena,
candidato a intendente de San Carlos de Bariloche
A Bariloche se la ve triste y melancólica y no por causa de
las cenizas que cayeron el 4 de junio sino que esta catástrofe natural nos
obligó a darnos cuenta de la crisis imperante en nuestra ciudad desde mucho
tiempo atrás. Las profundas diferencias enquistadas en nuestra sociedad y la
desidia de la inacción sin un liderazgo que se ponga al frente de la situación,
nos enfrenta con un poder totalmente atomizado y partido. Estas once
candidaturas para un mismo cargo hablan más de una crisis de representación, falta
de diálogo y acuerdos, que de ganas sinceras de participación ciudadana en la
vida pública de una comunidad. Es que hemos perdido la credibilidad y la
confianza entre nosotros. Y ese es el desafío que se nos plantea como acción
inmediata, volver a restaurar esos vínculos a base del diálogo, el interés
común y en la confrontación de ideas y no de violencia para que podamos
construir un Bariloche para todos, aceptando las diferencias y planteando un
desarrollo progresivo equitativo e inclusivo con justicia social.
El armar equipo es una característica fundamental de mi profesión
como profesor de educación física. Por ello, estoy convencido de poder ponerme
al frente, liderando este proceso de cambio, buscando en todo momento lograr un
ACUERDO SOCIAL con COMPROMISO asumidos por todos, desde los que más tienen
hasta los que sufren a diario el peso de las injusticias y la inequidad.
Debemos devolver las expectativas e ilusiones a nuestros vecinos para que el
futuro no se presente como incierto sino con un horizonte llenos de proyectos y
nuevas posibilidades.
Tengo la firme decisión de hablar de nosotros con honestidad
para que podamos generar un cambio con consenso y decidido por el conjunto.
Entonces, hay que hablar de realidades más que de buenas
intenciones, comenzando con el ordenamiento de las cuentas y sobretodo de la
casa de todos, o sea de la municipalidad de San Carlos de Bariloche.
Plantearemos un reordenamiento administrativo considerando
la necesidad del funcionamiento de cada área dependiente del estado municipal.
Potenciaremos el sistema informático actual para que la
información se encuentre ordenada y accesible. Actualmente conviven dos
sistemas lo que genera doble trabajo de carga como así también dispersión en
los datos. Se podría hablar de dos administraciones paralelas.
Las deudas son deudas y deben ser cobradas, con posibilidad
de no llegar ante la asesoría letrada o que prescriba la deuda. Plantearemos
que el sistema de cobro se realice con infraestructura y recursos humanos
municipales.
Sostendremos que todo tipo de endeudamiento deberá ser
invertido en infraestructura y obra pública, lo que en consecuencia generará
trabajo.
Hacer que el empleado público sea parte indisoluble de las
Políticas de Estado es una de las premisas cabeceras de nuestra gestión. Son
ellos los brazos ejecutores de las acciones y son ellos los que convierten a la
letra fría de las ordenanzas y resoluciones en hechos en beneficio de la
comunidad. No sólo hablamos de recursos económicos sino de optimizar los
recursos humanos existentes, dando participación y escuchando a quienes por
años han soportado las idas y venidas de los distintos gobiernos y son
conocedores de cada instancia administrativa para que en conjunto con los
profesionales técnicos alcancemos la calidad en nuestro municipio como también
el sentimiento de pertenencia al ambiente laboral. Para ello, es necesario dar
consignas claras, tareas determinadas, equipamiento adecuado y espacios de
participación.
Esta articulación, entre lo real y lo técnico, debe
desencadenar en un diagnóstico de situación para saber dónde nos encontramos
parados. Tenemos claro el Bariloche que queremos de acá a 20 años, pero no
podemos venir a hablar en forma demagógica y sólo pensar para el futuro. Hay un
aquí y un ahora que necesita el planteo
de políticas de acción inmediatas y a ellas las podemos resumir en gestión de
todas las eternas promesas incumplidas hasta el momento. Sólo enumeraremos
algunos de los proyectos
a) la definitiva concreción del Polo Industrial y Tecnológico en el este de la ciudad, enlazado con
los asentamientos de INVAP S. E.
y la Universidad
Nacional de Río
Negro por medio de corredores viales; allí se instalarán básicamente
grandes, medianas y pequeñas empresas locales, así como otras que actualmente
operan en otros lugares y deseen radicarse en la ciudad;
b) espacios
comunitarios destinados a potenciar la producción de los sectores
vinculados a la economía social (cooperativas de trabajo, micro- emprendedores
y artesanos); hasta tanto esto se materialice, vamos a gestionar
autorizaciones para utilizar dependencias inactivas
del estado provincial, Ejército
Argentino y Gendarmería
Nacional;
c) la evacuación del vertedero municipal y su sustitución por espacios verdes al
servicio de la comunidad, dando respuesta a los vecinos que residen en barrios
circundantes;
d) el emplazamiento
de la estación terminal de ómnibus,
previendo ya los condicionamientos que la expansión urbana va a producir en el
mediano plazo;
e) la ubicación final del centro de congresos y convenciones, junto con el esquema vial
necesario para su correcto
funcionamiento;
f) la costanera del lago Nahuel Huapi y las opciones de uso que se darán al puerto
San Carlos;
g) un esquema de plantas
depuradoras para líquidos cloacales, distribuidas en el conjunto del ejido
municipal;
h) el reaseguro de zonas
naturales intangibles (incluyendo un Jardín Botánico), para preservar la
flora y fauna silvestre.
Pero no sólo hablamos de grandes obras sino de lo cotidiano,
donde el Estado se ponga al frente de la conducción de su gente y salgan a
encarar las necesidades básicas y urgentes como el bacheo, recolección de
basura, limpieza de cunetas. Debemos devolver la credibilidad a nuestros
vecinos con gestión y compromiso en las obras necesarias como así también en la
mínima de contención del vecino de Bariloche.
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