He leído con detenimiento las declaraciones del legislador Claudio
Lueiro donde propone los exámenes psíquicos para el
ingreso a la docencia, tema que no comparto pero respeto.
Si bien, y de manera acertada, se crearon diversas herramientas legales como La convención de los derechos de los
niños y adolescentes, el Estatuto del
Docente, La Ley Nº 24.557 “De Riesgos del Trabajo” (de monitoreo de la salud de
los trabajadores La normativa estipula
“la obligatoriedad del examen preocupacional de salud previo al inicio de la
relación laboral, indicando los contenidos mínimos de dicho examen con el
objeto de comprobar la aptitud psicofísica del postulante”), asimismo, la
Resolución 37/10 de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (establece el examen
preocupacional o de ingreso, como obligatorio y especifica que “deben ser
realizados por el empleador previo al comienzo de la relación laboral y que
tienen como propósito determinar la actitud del postulante conforme las
condiciones psicofísicas para el desempeño de la actividad que se requerirá”),
entre muchas otras reglamentaciones con
base en nuestra Constitución, máximo
documento de defensa de derechos de los seres humanos.
Asimismo se implementaron políticas y programas para proteger los derechos
de los actores más vulnerables implicados en el proceso de
enseñanza-aprendizaje -es decir los niños, niñas y adolescentes- y por supuesto también a los docentes y no
docentes.
El fenómeno de la violencia es de carácter social y multicausal y,
como tal, atraviesa a la escuela como
institución y al aula como lugar concreto donde se materializa el proceso de
enseñanza aprendizaje, así como también a los actores -colectivos e
individuales- de la comunidad educativa: docentes, padres y alumnos.
Si hay violencia en la sociedad, habrá violencia en la escuela. Es
esta una situación con la que se encuentran los docentes en las aulas y fuera
de ellas y es responsabilidad de todos y por supuesto de nosotros que estamos
en cargos públicos, preocuparnos y ocuparnos del tema.
No resolveremos el problema estigmatizando a un determinado sector
social ante una situación puntual y mas allá de las intenciones del legislador
de mejorar el sistema de ingreso a la docencia ( tema resuelto) lo que sí ha
instalado, es sin lugar a dudas una realidad: el Docente en su carrera al
frente del aula después de muchos años de servicio acusa un deterioro en su
salud: fatiga crónica frente al aula Síndrome de Bullinger (abarca al 24% de
todos los docentes) y la afección en las cuerdas vocales y la voz, por
mencionar algunas de las más frecuentes. Hay que ser docente para entender lo
que significa el vínculo afectivo con 25 alumnos con sus alegrías y sus
problemas familiares con todo lo que ello implica. Es cierto que se producen
licencias y suplencias, pero también es cierto que los principales motivos de
dichas licencias son por las consecuencias del deterioro crónico de su salud
después de tantos años del dictado de clase. Elegir ser docente es sin lugar a dudas
una vocación, pero no deja de ser un trabajo con todo lo que implica con
derechos y obligaciones
Un docente con treinta años de
servicio llega con una gran experiencia, pero muchos de ellos también con un
gran desgaste psicofísico que le dificulta
estar en condiciones plenas
frente al aula, educando a niños/as y jóvenes que viven realidades
sociales y culturales particulares. Asume después de tantos años de maestro sobre
su espalda un cargo de conciencia ante cuestionamientos por terminar sus
últimos años en tareas pasivas o con enfermedad prolongada, por lo cual debe
ser excusado y asumir otras tareas siendo cubierto su cargo titular por un
suplente. Muchos cuestionan esta situación sin conocer la realidad y si
existiese algún exceso, están los mecanismos para su sanción, creo que a ningún
docente le gusta ser expulsado del aula por consecuencia de su salud en sus
últimos años, tema que se debería analizar
La única forma de reivindicar y
jerarquizar a nuestros docentes es buscando políticas y proyectos que
enaltezcan sus funciones y extiendan sus conocimientos mediante una contínua
formación.
. . . Ya que sin un pueblo educado
poco podremos hacer para avanzar como país, y pongo a título de ejemplo lo que
sucedió la semana pasada, lo que nos enorgulleció a todos los rionegrinos: el
lanzamiento de cohetes satélites por parte de INVAP. Muchos de los que
participaron en ese proyecto han estado sentados como estudiantes en aulas rionegrinas.
Leg. Enrique Osvaldo
Muena
Bloque Concertación Victoria Popular
Bloque Concertación Victoria Popular
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