lunes, 13 de junio de 2011

Ser docente hoy (opinión)


He leído con detenimiento las declaraciones del legislador Claudio Lueiro donde propone los exámenes psíquicos para el ingreso a la docencia, tema que no comparto pero respeto.
Si bien, y de manera acertada, se crearon diversas herramientas legales  como La convención de los derechos de los niños y adolescentes, el  Estatuto del Docente, La Ley Nº 24.557 “De Riesgos del Trabajo” (de monitoreo de la salud de los trabajadores La normativa  estipula “la obligatoriedad del examen preocupacional de salud previo al inicio de la relación laboral, indicando los contenidos mínimos de dicho examen con el objeto de comprobar la aptitud psicofísica del postulante”), asimismo, la Resolución 37/10 de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (establece el examen preocupacional o de ingreso, como obligatorio y especifica que “deben ser realizados por el empleador previo al comienzo de la relación laboral y que tienen como propósito determinar la actitud del postulante conforme las condiciones psicofísicas para el desempeño de la actividad que se requerirá”), entre muchas otras reglamentaciones  con base en nuestra Constitución,  máximo documento de defensa de derechos de los seres humanos.
Asimismo se implementaron políticas y programas para proteger los derechos de los actores más vulnerables implicados en el proceso de enseñanza-aprendizaje -es decir los niños, niñas y adolescentes-  y por supuesto también a los docentes y no docentes.

El fenómeno de la violencia es de carácter social y multicausal y, como tal,  atraviesa a la escuela como institución y al aula como lugar concreto donde se materializa el proceso de enseñanza aprendizaje, así como también a los actores -colectivos e individuales- de la comunidad educativa: docentes, padres y alumnos.
Si hay violencia en la sociedad, habrá violencia en la escuela. Es esta una situación con la que se encuentran los docentes en las aulas y fuera de ellas y es responsabilidad de todos y por supuesto de nosotros que estamos en cargos públicos, preocuparnos y ocuparnos del tema.
No resolveremos el problema estigmatizando a un determinado sector social ante una situación puntual y mas allá de las intenciones del legislador de mejorar el sistema de ingreso a la docencia ( tema resuelto) lo que sí ha instalado, es sin lugar a dudas una realidad: el Docente en su carrera al frente del aula después de muchos años de servicio acusa un deterioro en su salud: fatiga crónica frente al aula Síndrome de Bullinger (abarca al 24% de todos los docentes) y la afección en las cuerdas vocales y la voz, por mencionar algunas de las más frecuentes. Hay que ser docente para entender lo que significa el vínculo afectivo con 25 alumnos con sus alegrías y sus problemas familiares con todo lo que ello implica. Es cierto que se producen licencias y suplencias, pero también es cierto que los principales motivos de dichas licencias son por las consecuencias del deterioro crónico de su salud después de tantos años del dictado de clase. Elegir ser docente es sin lugar a dudas una vocación, pero no deja de ser un trabajo con todo lo que implica con derechos y obligaciones
Un docente con treinta años de servicio llega con una gran experiencia, pero muchos de ellos también con un gran desgaste psicofísico que le dificulta  estar en condiciones plenas  frente al aula, educando a niños/as y jóvenes que viven realidades sociales y culturales particulares. Asume después de tantos años de maestro sobre su espalda un cargo de conciencia ante cuestionamientos por terminar sus últimos años en tareas pasivas o con enfermedad prolongada, por lo cual debe ser excusado y asumir otras tareas siendo cubierto su cargo titular por un suplente. Muchos cuestionan esta situación sin conocer la realidad y si existiese algún exceso, están los mecanismos para su sanción, creo que a ningún docente le gusta ser expulsado del aula por consecuencia de su salud en sus últimos años, tema que se debería analizar
La única forma de reivindicar y jerarquizar a nuestros docentes es buscando políticas y proyectos que enaltezcan sus funciones y extiendan sus conocimientos mediante una contínua formación.
. . . Ya que sin un pueblo educado poco podremos hacer para avanzar como país, y pongo a título de ejemplo lo que sucedió la semana pasada, lo que nos enorgulleció a todos los rionegrinos: el lanzamiento de cohetes satélites por parte de INVAP. Muchos de los que participaron en ese proyecto han estado sentados como estudiantes en aulas rionegrinas.
Leg. Enrique Osvaldo Muena
Bloque Concertación Victoria Popular

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